Real Fábrica de Algodón de Ávila
¿Cuándo se ha empezado a valorar y proteger el Patrimonio Industrial?
En Ávila nos encontramos con una experiencia muy significativa en torno a su protección por parte de la sociedad civil, que incluye incluso defenderlo frente a las instituciones que debían protegerlo y que, sin embargo, tampoco consideraban que dicho Patrimonio fuera de tanto valor como las murallas de Ávila ya que pretendían dejar asociada la ciudad a una época histórica.
Año 1983, la Fábrica de Harinas Santa Teresa cierra definitivamente, pero el edificio, mandado construir por Carlos III y que anteriormente fue Real Fábrica de Algodón de Ávila, sigue imponente frente a la muralla desde 1791. Esto hace que la Comisión de Patrimonio de Ávila quiera declararlo Monumento Histórico Artístico; sin embargo, el mismo día que se solicita ocurre un incendio, ¿casualidad?
Este inicio, que parecería el comienzo de una novela de misterio, nos sitúa en una trama en la que nos vamos a encontrar una sociedad dividida sobre lo que es o no es patrimonializable, unos medios de comunicación contrarios a conservar el inmueble, personal técnico vinculado a Patrimonio que recibe amenazas por defender legalmente este Patrimonio y unas instituciones a las que el concepto de Patrimonio Industrial no solo les resulta ajeno sino que prefieren que no deje huella.
Recordemos que la Ley de Patrimonio Histórico Español es de 1985, la misma fecha en la que Ávila pasa a ser Ciudad Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO, y diecisiete años antes de que Castilla y León tuviera su propia ley de Patrimonio Cultural.
El incendio solo es el comienzo de todas las vicisitudes que acontecen a la fábrica y que terminan en un final dramático, su demolición en 1996. No obstante, ni siquiera su destrucción total hizo desaparecer su memoria y sus vestigios, y es en el siglo XXI cuando se reivindica su pasado.
Pero esta historia tiene otra vertiente más allá de la pugna en torno al concepto de progreso o la conservación del Patrimonio común.
En este caso, el legado inmaterial nos lo proporciona la sociedad civil mediante la defensa del inmueble y un trabajo de educación patrimonial para entender y vincular el Patrimonio a la ciudadanía. Será la asociación “Manqueospese la veré” la que trate de realizar la defensa intentando aglutinar al tejido social de la ciudad.
Preguntados por la huella que dejó esta defensa, creen que ahora se hubiera defendido su mantenimiento por parte de la ciudadanía de una forma más general, prueba de ello fue la gran acogida que tuvo el documental en su estreno en 2013 o el debate que abrió el Colegio de Arquitectos sobre cómo se debía configurar la ciudad de Ávila en la actualidad.
Se percibe la sensación de una derrota frente a los poderes fácticos de la ciudad al demoler el edificio, y sin embargo, no pudieron llevar a cabo todos los proyectos que pretendían realizar en la zona, quedando claros vestigios del pasado. Lo sienten como el inicio de una concienciación sobre la importancia del Patrimonio, pero también la pérdida de mostrar Ávila como algo más que muralla e iglesias.